🌅 Devocional: De la Lucha a la Libertad

 “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.”

                                              Romanos 7:24–8:1


El apóstol Pablo nos abre el corazón en este pasaje. No escribe como un fariseo orgulloso, ni como un santo perfecto. Nos habla como un ser humano que lucha consigo mismo, que quiere hacer el bien pero encuentra dentro de sí una ley contraria, un impulso hacia el mal.


Ese grito en el verso 24  "¡Miserable de mí!"  no es solo de desesperación, sino de honestidad espiritual. Pablo reconoce que por sus propias fuerzas no puede vencer la batalla interna.


Y justo ahí, donde parece que todo está perdido, irrumpe la gracia:

"¡Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro!"


En ese momento entendemos: nuestra esperanza no está en nuestra fuerza de voluntad, ni en nuestras buenas obras, sino en Cristo. Y entonces llegamos a la afirmación más hermosa:


✨ "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús."


Esto no significa que ya no haya lucha, sino que la condenación fue eliminada. El veredicto ya no es "culpable", sino "justificado". Vivimos la lucha, sí, pero desde la victoria de Cristo, no desde la culpa eterna.



🙏 Aplicación personal:


¿Estás luchando con pensamientos o hábitos que no puedes vencer?


¿Sientes que fallas constantemente y te preguntas si Dios aún te ama?


Este pasaje te recuerda que la lucha no es una señal de condenación, sino de vida espiritual. El Espíritu de Dios está en ti, y aunque tropieces, en Cristo no hay condenación.


🙏 Oración


Señor, muchas veces me siento como Pablo: cansado de fallarte, frustrado con mis debilidades. Pero hoy recuerdo que mi esperanza no está en mí, sino en Ti. Gracias por Jesús, por su sacrificio y por la libertad que tengo en Él. Ayúdame a vivir desde esa verdad, sin temor, sin condenación, con tu gracia como fuerza diaria. Amén.


🪧 Versículo para memorizar:


"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús." 

                                                        Romanos 8:1

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